Recientemente se oye hablar de Siria y del ‘problema’ de los refugiados de forma repetida en los medios de comunicación. Sin embargo, no es una novedad en la historia del país, dado que los estados limítrofes empezaron a acoger a los ciudadanos sirios en masa desde que empezó la guerra, mucho antes de que Europa decidiera que debía intervenir. El campo de refugiados de Jordania se ha convertido en la tercera ciudad más grande del país, “una ciudad de plástico y barro”, según la definía Husamidden Kharat Kiwan, portavoz de la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio.
Durante los cuatro años de guerra, los medios de comunicación han hecho oídos sordos al conflicto, hasta la aparición en la prensa de la fotografía de Aylan, el pequeño de tres años que apareció sin vida en una playa turca, y que conmocionó a la sociedad internacional. Los políticos europeos se vieron obligados a intervenir, eso sí, cuando la gravedad de la situación se hizo insostenible, y les salpicó. ¿A qué han estado jugando las grandes potencias mundiales? ¿Qué han hecho desde entonces?
En España parecen estar demasiado ocupados con la campaña preelectoral, así la vicepresidenta del gobierno, Soraya Saénz de Santamaría sale a bailar en el Hormiguero y se convierte en la noticia más importante de los informativos del día siguiente, bajo el título ‘nueva forma de hacer política’. Y lo cierto es que mientras los políticos luchan por convertirse en el más carismático, el más cercano, popular, encantador…, los sirios siguen huyendo arriesgando sus vidas, a través de peligrosas rutas como la de los Balcanes. A España le cuesta acoger a los sirios, y eso que aunque aceptara la cuota de refugiados que exige la Unión Europea, y respondiese a las peticiones de asilo, que el Gobierno ha cifrado en 12.000 para este año, seguiría estando muy lejos de los 1.170.000 refugiados sirios acogidos por el Líbano y de los 612.000 de Jordania.
Hoy es difícil hablar de guerra civil, la situación es más compleja. Hay gente que lucha por su libertad, otros por venganza, por ideología o religión, y desde mayo del 2014 aparece el estado islámico, que está arrasando el país. Como decía Kharat Kiwan, “la solución debe ser Siria”, el mundo internacional debe implicarse. No basta con acoger a los refugiados, hay que atajar la raíz del conflicto.