Guillermo Bueno / Diego Colinas
Cercanas las nueve de la mañana. El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Valladolid se encuentra vacío y silencioso. Más de seis horas de sesión plenaria romperán por completo con ese ambiente. Se abren las puertas y van entrando los protagonistas colocándose tranquila y lentamente en su trinchera a la espera de la batalla. Vienen de superar una ligera llovizna en la calle y llegan a su hábitat iniciando los habituales corrillos, probablemente en relación con la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Los relojes de los asistentes contemplan quince minutos de retraso sobre la hora prevista. Sigue leyendo