Por Guillermo Bueno
Está en su salsa. Si buscan en el diccionario la palabra ‘supervivencia’, ahí aparece el nombre de Mariano Rajoy. Su laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar), por el que se ha venido distinguiendo en sus años en la política, le viene como anillo al dedo. Es la única explicación para observar cómo ha sobrevivido a dos derrotas electorales, a la corrupción o a los recortes.
¿Se puede ejercer de presidente sin hacer nada? Sí rotundo. Tres victorias electorales consecutivas para Rajoy, que ha hecho lo que mejor se le da: hacer que sean otros los que se mojen. Así le ha ido al PSOE, que ha acabado de charco en charco y tiro porque me toca. Aunque los socialistas se vayan a abstener (por unanimidad o por fascículos), a Rajoy no le importarían otras elecciones, tiene tiempo de sobra y unos votantes que no le abandonan ni a sol ni a sombra. Ha dejado pasar dos elecciones y tres sesiones de investidura… imagínense.
Pero si se lo ponen a huevo, qué culpa tiene el pobre Mariano, no puede negarse, va con su personalidad el mantenerse impertérrito ante todo lo que sucede. Y aviso a navegantes, esto no ha acabado. El PP y Mariano o Mariano y el PP tienen la sartén por el mango y si les sale de los escaños adelantar las elecciones, así lo harán, sólo les beneficiarían a ellos. Todo es más fácil si tus enemigos se están tirando los trastos por las esquinas y no aprovechan para destacar el ‘inmaculado’ historial de corrupción del PP.
Rajoy campa a sus anchas ante un PSOE descabezado y un Podemos peleado entre sus líderes y contra los socialistas. ¿Qué ha hecho Mariano para provocar esta situación? Nada. Con el «ya tal» te puedes ahorrar bastantes cosas, ciertamente. Otros arriesgan con el «decidirán los militantes» y ofrecen material para la hemeroteca. Pocas cosas seguras hay en la vida pero hay una muy clara: ya podrán caer rayos, truenos, sobres y billetes, que Mariano Rajoy sobrevivirá, y si intentas que no lo consiga, le reforzarás todavía más.
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